Reforma y (r)evolución del sistema sanitario

España cuenta con un gran sistema público de salud que se enfrenta a grandes retos para garantizar su sostenibilidad en los próximos años. Para hacerles frente y en línea con los modelos implantados en otros países europeos avanzados, España está acercando posturas entre lo público y lo privado en la sanidad como fórmula para la sostenibilidad del sistema.

Hoy cobran aún más actualidad las palabras recogidas en el Informe Abril, aprobado por unanimidad por todos los partidos políticos en 1991 y que dio lugar a una de las reflexiones más interesantes sobre la reforma del sistema. En el mismo se afirmaba: «(…) el imparable aumento del gasto sanitario, las profundas mutaciones demográficas (…), la presión incesante del acelerado progreso técnico-médico demandan en todo el mundo la revisión y transformación de los actuales sistemas de asistencia sanitaria». Algunos países han comenzado a adaptar sus respectivos sistemas a este entorno de dificultades y España ha de hacerlo también oportunamente». Es decir, hace dos décadas se decía lo mismo que hoy repetimos.

Entre los diferentes modelos de colaboración público privada el grupo Ribera Salud lidera el de concesión administrativa también llamado modelo Alzira por la ciudad donde se puso en funcionamiento el primer hospital hace 12 años. Hoy participamos en los hospitales de La Ribera, Torrevieja, Dénia, Manises y Vinalopó, en el Laboratorio Central de la Comunidad de Madrid y en el Hospital de Torrejón de Ardoz. Lo que nació casi como una anécdota se ha extendido a otras comunidades autónomas y países: hay más de 20 concesiones en marcha o construyéndose en nuestro país. En Europa cada vez apuestan más por la colaboración entre lo público y lo privado. De hecho el último anuncio fue hace unos días por parte de la Comisión Europea.

Son varios los motivos que explican el éxito de un modelo que se basa en cuatro principios fundamentales: la propiedad, el control y la financiación son públicas, y únicamente la gestión es privada. Para la Administración supone un ahorro en torno al 25% respecto a los centros de gestión directa, la inversión la realiza la iniciativa privada y mantiene el control. Para los profesionales supone estabilidad laboral, promoción, reconocimiento y carrera profesional, docencia e investigación. Para los ciudadanos garantiza mayor accesibilidad, menor tiempo de respuesta, mejores infraestructuras, más cercanía, privacidad y confort. Las encuestas demuestran que más del 90% de los usuarios están satisfechos con el servicio y el 94% desconocen el modelo de gestión, lo que demuestra que al ciudadano le preocupa más como se gestiona que quien gestiona. El modelo se ha convertido también en un motor económico generador de bienestar y empleo.

En el modelo Alzira se combina la fortaleza del sistema público que ofrece una asistencia gratuita y universal del más alto nivel, con la flexibilidad, la innovación y eficiencia de la gestión privada.

La apuesta por modelos que permiten la colaboración de la Administración y la iniciativa privada es la apuesta por un modelo de éxito que ha marcado un precedente en la gestión sanitaria porque responde a las necesidades del ciudadano, a las expectativas de los profesionales y a los requerimientos de la Administración. El modelo va a seguir extendiéndose y el debate hoy se centra en cómo lograr mayor flexibilidad en los modelos organizativos o mejorar la eficiencia, respondiendo a los retos del siglo XXI con las herramientas del siglo XXI.

 

Alberto de Rosa. El Pais. / 02/01/2011

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